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lunes, 10 de febrero de 2014

De las aulas malagueñas al Stockholm Resilience Centre de Suecia

Por Pacelli Torres Valderrama

Corresponsal Chicamocha News en Europa


Fernando Remolina, Investigador malagueño en Suecia.

Muchos de los antiguos profesores de la entonces llamada Escuela Anexa a la Normal Francisco de Paula Santander y del Colegio Nacional Custodio García Rovira, recuerdan sin duda a los hermanos Remolina, quienes ocupaban siempre los primeros puestos y se destacaban por igual en todas las áreas del saber.

Con gran alegría recibí en días pasados un mensaje de Fernando, el segundo de ellos, quien actualmente cursa su segunda Maestría en el Stockholm Resilience Centre, un prestigioso centro de investigación de Estocolmo, y me hizo rememorar los días de mi infancia. Doña Victoria de Remolina hacía unos ponqués exquisitos e impartía cursos de pastelería a otras amas de casa, mi mamá entre ellas. Don Pablo Remolina, el padre, trabajaba en la Compañía Colombiana de Tabaco, al igual que mi papá (mi papá pasó luego a la Electrificadora de Santander).

Cuando conocí a los Remolina, vivían el barrio Tajamar y en varias oportunidades estuve de visita en su casa. Después se mudaron al centro, una casa de por medio a la mía, lo que me permitió entablar una estrecha amistad con Emilio, el mayor de los hermanos, y siendo de la misma edad estuvimos en varios cursos juntos durante la primaria. Recuerdo que en las tardes solíamos ir a la biblioteca municipal a leer cuentos de Tintín y que nunca pude ganarle en ajedrez. Luego la familia se mudó cerca al Colcustodio y perdí contacto con ellos, aunque no del todo.

Emilio tiene un doctorado en Matemáticas y Sistemas y actualmente trabaja en California (Estados Unidos) en temas de inteligencia artificial.

Nelson, el tercero de los hermanos, es abogado y se desempeña como profesor e investigador en la Universidad de Los Andes, además está terminando su doctorado en Derecho. Ángela, la menor de la familia, es también una destacada abogada y trabaja con el Estado.

A continuación presento apartes de una entrevista vía e-mail que Fernando, en medio de sus múltiples ocupaciones, tuvo la gentileza de responder:

Chicamocha News (ChN) ¿Cómo cree que la formación recibida durante la primaria y el bachillerato en Málaga contribuyeron a su éxito académico?

Fernando Remolina (FR): Considero que tuve la fortuna de haber estudiado en la Anexa y el Custodio. En ambas escuelas siempre estuve rodeado de buenos amigos que se interesaron por el estudio y de profesores que tenían un interés genuino por la enseñanza. Aunque de todos tengo el mejor recuerdo, hubo profesores que marcaron mi vida de manera muy especial, como lo fueron Anaya, García, “Serruchito” y Tavera. Además de su gran conocimiento, ellos inculcaban la importancia de la disciplina y la curiosidad por el conocimiento. Mis mejores horas en la biblioteca del Custodio las dedicaba a hacer las tareas para estos profesores. También fue muy importante en mi formación el profesor Arturo Moreno, quien una y otra vez me explicaba los movimientos técnicos que se requieren para jugar baloncesto. Este profesor fue muy importante para mí, porque solo podía ser seleccionado en el equipo de baloncesto del Custodio, si me esforzaba mucho; era difícil entrar a este equipo, porque en mi época había grandes jugadores. Esto me sirvió más adelante porque para entrar a las universidades donde he estudiado, había una gran competencia para ser admitido como estudiante.

ChN: ¿Qué es lo que más recuerda de Málaga?

FR: Lo que más recuerdo son los amigos que me dejó para toda la vida, aunque pocas veces nos veamos. El otro gran recuerdo son las quebradas de la Magnolia y de Tajamar. De niño tuve la afición de ir a pescar con la mano unos peces que llamábamos “chocas” y “jaboneros”. Además de la nostalgia por estas dos quebradas, ellas despertaron en mí la curiosidad por las ciencias naturales. Más que pescar, iba a observar peces en los pequeños pozos de estas quebradas, los que aparecían cuando me quedaba quieto por más de cinco minutos. Otra curiosidad que tuve fue saber dónde nacían estas quebradas. Nunca llegué a su nacimiento.

ChN: ¿Qué curso tomó su vida, una vez que hubo terminado su bachillerato?

FR: En mi familia siempre se cultivó el amor por el estudio. Era de algo que nunca hablábamos pero cada uno lo sentía a su manera. Mi interés fueron las ciencias naturales. Después de terminar el bachillerato en el Custodio, inicié mi carrera de Biología en la Universidad Nacional, después fui a la Universidad de Texas a realizar una maestría en Geografía. Los siguientes años estuve trabajando e investigando sobre áreas protegidas y redes ecológicas en Bogotá. Ahora me encuentro realizando otra maestría en Resiliencia Socioecológica, aplicada al desarrollo sostenible.

ChN: ¿Cuál es el principal tema de su investigación?

FR: Estoy interesado en el bienestar humano que brindan las áreas verdes, (parques, jardines, áreas protegidas, etc.) en las ciudades. En este momento, alrededor del 50% de la población humana está en áreas urbanas y se proyecta que el 60-70% de nosotros estaremos viviendo en ellas antes del 2050. A pesar de esta transición, cada uno de nosotros tiene una relación con la naturaleza que puede perderse y con ello también podemos perder calidad de vida. Por eso, mi interés es restablecer esta conexión con la naturaleza, teniendo más y mejores áreas verdes urbanas.

ChN: ¿Qué planes tiene para el futuro?

FR: Después de mi maestría quiero hacer un doctorado en el tema que les comenté anteriormente. Estoy muy interesado en conocer las experiencias de aquellas ciudades que han logrado altos niveles de vida en términos ambientales y ver qué conocimiento se puede transmitir a aquellas que tienen dificultades en lograrlo.

ChN: ¿Qué consejo daría a los jóvenes que quieran seguir sus pasos?

FR: Aunque cada quien tiene su propio curso de vida, diría que lo primero que uno podría hacer es saber realmente qué quiere hacer con ella, sin pensar en las posibles dificultades.

domingo, 2 de febrero de 2014

Reflexiones sobre la riqueza

Por Pacelli Torres

Corresponsal del Chicamocha News en Europa

El escritor inglés Douglas Adams coloca a uno de sus personajes en una posición privilegiada. Desde el espacio exterior observa al género humano y trata de comprender los motivos de su comportamiento. La tarea no es nada fácil para este alienígena, mitad científico, mitad filósofo. Lleno de asombro les describe a sus superiores cómo en el planeta Tierra, sus habitantes han tomado como prioritario coleccionar pequeños pedazos de papel, la vida para la mayoría gira en torno a conseguir tantos de estos trozos de papel como sea posible y no escatiman para ello en sacrificar su propia salud, su familia, y, de ser necesario, usar toda clase de artilugios para engañar a sus semejantes y terminar despojándolos de sus propios pedazos de papel.

Hoy en día el dinero ya no consiste en recortes rectangulares de papel con la denominación en las esquinas y algún personaje ilustre en el centro. Pero esto no es consuelo en absoluto. Antiguamente la plata podía verse y tocarse. En los tiempos en que vivimos, el dinero electrónico gana cada vez más espacio y para un extraterrestre que nos visitara, sería incomprensible ver cómo nos peleamos por los números que aparecen en una pantalla.

Lo peor, es que colectivamente hemos adoptado la convención de estimar el “éxito” por el número de cifras que tiene nuestra cuenta bancaria, o por el simple hecho de tener una. Desde niños nos inculcaron que esto nos aseguraría una posición social y algunos lo tomaron literalmente como la llave de la felicidad, entendida ésta como una vida fácil en la que lo único que importa es satisfacer nuestros caprichos.

Pero aquí está el gran peligro. Entre más dinero se tiene, más caprichos aparecen y estos son cada vez más difíciles de saciar. Entonces trabajamos más, o nos vemos envueltos en transacciones truculentas, queriendo llegar al estatus que creemos merecer y cuando pensamos que lo hemos logrado, miramos al vecino y nos damos cuenta de que tiene más, entonces hacemos un mayor esfuerzo, pero la televisión nos muestra contundentemente que hay esferas que nunca podremos alcanzar. De ahí viene la desilusión y aquello que pensamos que nos daría la felicidad, se convierte en nuestra mayor amargura, pues comprendemos que nunca tendremos suficiente.

¿Qué hacer?

¿Cuál es entonces el sentido de la existencia?

La respuesta a la primera pregunta es sencilla: simplifiquemos nuestras necesidades; como dice el adagio popular: “Rico no es aquel que tiene mucho, sino aquel que menos necesita.”

Para responder a la segunda, requerimos algo de introspección, de encontrarnos a nosotros mismos. Cuando centramos nuestra vida en las posesiones materiales, lo que realmente es permanente se olvida, vivimos como ciegos en un mundo evanescente e ilusorio. Supongo que mis lectoras y lectores habrán oído alguna vez de labios de un campesino o alguien de procedencia humilde aquello de que, “a la tumba nada nos llevamos.” De hecho, es posible que en el más allá tengamos que responder por los métodos empleados para amasar nuestra fortuna o sufriremos viendo a otros gastarla sin escrúpulos.

La posición social también pasa y muy tarde comprenderemos que debíamos haber escuchado más a la gente humilde, pues a menudo, la verdadera sabiduría surge a raíz de las dificultades que nos hacen estar siempre alerta, nos inducen a ver las cosas desde varios puntos de vista, nos dan incentivos y nos enseñan a ser recursivos.

“Lo único que nos llevamos de esta vida son nuestras propias acciones, ellas constituyen el tesoro del espíritu”.

La riqueza personal no siempre es una maldición, bien utilizada puede ser fuente de crecimiento espiritual. Si somos generosos con los semejantes, si ayudamos al de pesada carga, podemos mejorarnos a nosotros mismos. Pero aquí debemos ser muy cuidadosos, las limosnas dadas sin corazón hieren más de lo que ayudan.

“La visión de Sir Launfal” es un hermoso poema escrito por James Russell Lowell (1819-1891). En él se cuenta de un caballero que sale para las cruzadas en busca del Santo Grial, (el Grial es la copa que usó Cristo en la última cena). Al salir de su castillo, el caballero se encuentra a un leproso y le bota una moneda. El leproso no levanta la moneda y le dice que mejor es la bendición del pobre al oro del rico. Pasa el tiempo y Sir Launfal pierde su castillo y todo su dinero. De nuevo encuentra al leproso, pero esta vez actúa de forma diferente, se compadece de su sufrimiento y le ofrece un trozo de pan y agua en un cuenco viejo. Entonces ocurre una transformación, el leproso es en verdad el Cristo resplandeciente, quien le dice que el Grial, que tanto buscara, es justamente aquel cuenco viejo, y añade: “La limosna sin el sentimiento de quien da, es vacía, quien ofrece de corazón alimenta a tres con su acción: a sí mismo, al semejante necesitado y a mí”.

jueves, 17 de octubre de 2013

Guía para el comienzo de una nueva etapa

Por Pacelli Torres

Corresponsal del Chicamocha News en Europa


En días pasados recibí un par de mensajes de antiguos estudiantes míos que están a punto de graduarse y se sienten abrumados por la incertidumbre del futuro. Con ellos, y con todos aquellos que se enfrentan a cambios en sus vidas, quiero compartir esta sencilla técnica que nos ayuda a derribar las barreras que nosotros mismos nos imponemos.

Las ideas aquí expuestas son una adaptación de apartes del libro CENTER por Darrell Velegol, profesor de la Universidad de Pennsylvania y tutor de un curso a distancia sobre creatividad, innovación y cambio que estoy tomando en la plataforma coursera.org.

Los principales impedimentos para lograr el éxito son el miedo, la falta de focalización y la pérdida de motivación. Estos tres elementos están interconectados y actúan en secuencia. El miedo y la incertidumbre surgen de no sentirnos preparados ante una nueva circunstancia, para prepararnos debemos focalizar nuestra energía, pero esto difícilmente se puede lograr sin una fuerza que nos impulse a hacerlo, es decir motivación.

Para deshacer tales impedimentos se sugiere el siguiente ejercicio, que consiste en llenar los espacios en blanco y meditar profundamente sobre cada punto. Una hora dedicada a ello nos librarán de semanas y meses de confusión y desesperación, así que bien vale la pena prestarle cuidadosa atención

  • Carácter: (Saber con qué contamos).

Yo soy….............................. y quiero llegar a ser..............................

  • Iniciativa: (Saber a dónde vamos).

Voy a tratar de…..............................., para llegar a mi sueño de…............

  • Decisión: (Establecer qué estoy haciendo para acercarme a mi meta).

Con base en mi carácter escojo….................................................

  • Tenacidad: (Aferrarnos a nuestros ideales, hacerlos parte de nosotros mismos).

Voy a mantenerme firme en mi propósito de…..........................................

  • Excelencia: (De donde nada se echa, nada se puede sacar. Para mejorar nuestra situación debemos mejorarnos a nosotros mismos).

Planeo y enfoco mi energía en mejorar mis habilidades para: …...................

  • Relaciones: (Lo que hacemos no lo hacemos sólo por nosotros, sino también por aquellos a quienes amamos).

No estoy solo en mi propósito, cuento con el apoyo y simpatía de…...........

Estos sencillos pasos son una valiosa herramienta para planear, organizar y ejecutar nuestras acciones.

Aprovecho la oportunidad para enviar un saludo a todos mis antiguos estudiantes, a quienes recuerdo con especial cariño y a quienes agradezco los comentarios a mi artículo sobre los logros de Mauricio Gélvez, espero que la técnica aquí expuesta contribuya a encaminar sus pasos.

sábado, 17 de agosto de 2013

Estudiante de la UIS-Málaga se abre paso en Alemania

Por Pacelli Torres

Corresponsal del Chicamocha News en Europa

Mauricio Gélvez, de la UIS a Alemania.

El gran orgullo de todo maestro es ver el logro de sus pupilos. Con gran satisfacción he seguido los pasos de uno de mis antiguos estudiantes, Mauricio Gélvez, quien ahora se encuentra en Bremen (Alemania) haciendo una práctica en Lufthansa, la aerolínea más grande de Europa y que fuera galardonada en 2010 con el "World Airline Award."

Los aviones para Mauricio fueron siempre su gran pasión y afortunadamente dicha pasión fue nutrida por un incontenible deseo de superación y por el apoyo incondicional de familiares, docentes y amigos.

En más de una oportunidad les recalqué a mis estudiantes la importancia de fijarse metas en la vida, debemos tener una meta lejana y una cercana, si aspiramos a la lejana y no la logramos por lo menos habremos superado la cercana. También les hablaba de la importancia de preguntarse constantemente ¿Qué estoy haciendo para acercarme a mis objetivos?, al igual que en la parábola del sembrador, en el Evangelio de San Mateo, mis palabras cayeron muchas veces en oídos sordos o fueron ahogadas por sentimientos adversos, pero, como en el caso de Mauricio, encontraron también terreno fértil donde pudieron germinar.

Los logros de este joven malagueño son un gran orgullo, no sólo para quienes tuvimos el privilegio de ser sus maestros, sino también para todos los habitantes de la provincia, pues recalca la calidad académica de la UIS, sede Málaga, donde se sientan los cimientos del resto de la vida universitaria y se forjan los hábitos para el éxito en la vida profesional. Además nos demuestran que cómo lo afirma Richard Bach, "no existen más limitaciones que las que nosotros mismos nos queramos imponer".

Al igual que Mauricio, hay muchas mentes jóvenes inquietas en las universidades y colegios de la provincia, a quienes les gustaría trascender las barreras aparentes con que nos hemos acostumbrado a vivir, para ellos, la experiencia de su coterráneo debe ser un incentivo y un ejemplo a seguir. Mi consejo sigue siendo invariable y lo repetí tantas veces como fue posible a mis estudiantes: lo primero que hay que hacer es saber inglés, el inglés abre puertas insospechadas y una vez que se domina hace menos complicado asimilar otros idiomas.

La palabra clave para el éxito académico hoy en día es "investigación", la mayor parte de las investigaciones de vanguardia se publican en inglés, no tener acceso a ellas es una limitación insuperable, pero más aún, lo es el hecho de no poder publicar los resultados de nuestras propias investigaciones. Para aprender inglés, sin embargo, no es suficiente asistir a cursos, su aprendizaje requiere constancia y dedicación y es en realidad un viaje personal.

Lo segundo, es permitirnos el derecho a soñar. Todos nuestros logros comienzan con un sueño. Si el sueño es lo suficientemente fuerte se abrirá paso a través de circunstancias adversas. Pero los sueños, como las plantas, necesitan también nutrirse, el optimismo y la energía positiva son indispensables para lograr nuestros objetivos. Existe, no obstante, el peligro de enfrentarnos con los asesinos de sueños, aquellas personas que siempre nos recalcan nuestras debilidades y a quienes todo intento les parece infructuoso. Los asesinos de sueños se alimentan del miedo al cambio y su palabra favorita es imposible.

Y por último, recomiendo a la gente joven tener fe, fe en que la voz de la conciencia encaminará nuestros pasos en la dirección que debemos seguir.

domingo, 21 de julio de 2013

“La maldición del dragón”

Lucha entre el unicornio y el dragón.

(Relato original de Pacelli Torres)

Corresponsal Chicamocha News en Europa

Poco después de mi excursión a la vereda Buenavista donde visitara a mi amigo Flavio, noté una pequeña incrustación en mi mano izquierda. Al cabo de unos días ésta se había hinchado y producía un agudo dolor.

"Se trata de una espina, la herida está infectada" me dijo el doctor cuando me examinó y me ordenó tomar antibióticos y algo para el dolor.

En el camino a casa me encontré con Gabriela, de quien se decía que había crecido entre gitanos y que era bruja.

"Esa mano no se ve nada bien", me dijo, "yo tengo la pomada precisa para esos males.", y me llevó a su casa.

Gabriela y sus amigos vivían a las afueras del pueblo, tenían un grupo de teatro experimental al que llamaban Rayos de Almagá. Aparentemente habíamos llegado en medio de un ensayo, pues todos estaban vestidos con máscaras y trajes multicolores.

Hicieron una pequeña pausa para presentarse. "Almagá es una estrella en la constelación de Visertá", me explicó el líder del grupo, un hombre mayor de barba blanca que vestía una túnica color cobre. Su cara estaba adornada con signos planetarios.

Gabriela me condujo hasta una habitación separada de la casa y me dejó allí mientras iba a buscar su caja de ungüentos. Las paredes estaban adornadas con tres grandes pinturas. En la primera había una torre que emergía del mar. Un camino ascendente le daba varias vueltas y conducía a un tenebroso castillo. La segunda representaba un árbol encorvado y la luna llena. Y en la tercera, que fue la que más me llamó la atención, había un ser diminuto sentado entre los juncos a la orilla de un río, se trataba de un duende o algo parecido. Me acerqué a la pintura para ver de cerca la expresión de aquel singular personaje, pero fui distraído por unos golpes de tambor que venían del patio.

Por la ventana pude ver que se trataba del ensayo del grupo de teatro. Había una cueva hecha con papel de color rojizo y de ella emergió un ser con alas de buitre que caminaba sobre zancos. Con cada golpe del tambor daba un paso. Al principio se movía lentamente como si estuviera dudando, pero luego el ritmo se aceleró y comenzó una enérgica danza. De repente la música se detuvo. El ser alado quedó petrificado con el rostro escondido entre las alas y al levantar la cabeza lentamente, sus ojos encontraron los míos. En ellos reconocí a Gabriela.

"La marca del dragón está aquí", dijo. Y todos se abalanzaron contra mí. Muy tarde comprendí que lo que había en mi mano no era una espina sino una escama de dragón. Pero mi infortunio no terminó allí. Con horror descubrí que mis atacantes no estaban disfrazados, aquella era su verdadera apariencia.

"Yo soy una víctima del dragón", grité, pero no me escucharon. Mi visión se opacó con tantos colores moviéndose a mi alrededor y perdí el conocimiento.

Convertido en un murciélago dentro de una jaula de madera atada al lomo de un buey, acompañando la procesión de seres de ultratumba, vagué largo tiempo por un mundo fantástico de cielo amarillo y ocre.

Mi alma había perdido toda esperanza.

Una tarde, sin embargo, me sorprendí al reconocer el paisaje que había visto en una de las pinturas y que tanto había llamado mi atención. El pequeño duende no estaba, pero los juncos y el río eran inconfundibles.

El candado de mi jaula se movió y al darme la vuelta descubrí al duende que trataba de liberarme.

"Dame una pista me dijo" necesito una pista para poder salvarte.". Entonces como en un sueño, recordé el nombre del grupo de teatro.

"Almagá", le dije y repetí: "Almagá, en la constelación de Visertá."

El duende anotó las palabras en una libreta y sonrió.

"Te felicito", me dijo, "haz ganado tu libertad.". Pero sus palabras me llegaron como un eco, pues me encontré descendiendo tranquilo por uno de mis caminos favoritos.

Efectivamente, el duende había cambiado el orden de las letras y en su libreta aparecían: Málaga y Servitá.

martes, 11 de junio de 2013

“El valor de la belleza”

Por Pacelli Torres
Corresponsal del Chicamocha News en Europa
A menudo suponemos que crear arte es costoso o que demanda un talento especial, pero los talentos pueden generarse a base de dedicación y en muchas ocasiones basta sólo con tener la intención para lograr grandes cosas.
En días pasados estuve de visita en Irsee un pequeño pueblo al sur de Alemania que cuenta con tan sólo 1.424 habitantes, y como siempre, no pude menos que trazar paralelos entre lo que nosotros tenemos en nuestras provincias y lo que, con el tiempo, se ha venido desarrollando en Europa.
Esculturas de Peter R. Muller
Esta vez, mi atención la captó un artista local, Peter R. Müller, quien usa elementos de desecho, especialmente chatarra, para crear su arte. Las obras de Müller adornan con orgullo los antejardines de las casas y también están presentes en la plaza y los caminos que salen del municipio. Algunas de sus esculturas pueden verse en su página web: http://www.peter-r-mueller.de/
Sería interesante pensar en un proyecto similar en Málaga y otros municipios. Contamos con artistas jóvenes que pueden hacer los diseños, tenemos las compañías recuperadoras, antiguamente llamadas chatarrerías, donde estoy seguro que hay partes de gran potencial y sabemos que en los talleres de ornamentación hay gente muy diestra en su oficio. Si uniéramos estos elementos podríamos, al igual que Peter Müller, transformar la chatarra en obras de arte.
Una iniciativa de tal índole, no sólo generaría empleo y valor agregado a un elemento de desecho, sino que también podría convertirse en un referente más para la provincia.
En un nivel más trascendental, se trataría de una especie de alquimia, la transformación de un metal, si bien no en oro, por lo menos en algo de mayor valor. Y si quisiéramos ver las cosas con mayor profundidad, deberíamos recordar al filósofo griego Platón (427 a. C.-347 a.C.) quien nos exhortaba a buscar lo bueno, lo bello y lo verdadero; quería con ello darnos una fórmula para lograr el verdadero desarrollo como seres humanos. Consciente o inconscientemente, las generaciones posteriores desarrollaron el arte como búsqueda de lo bello, la ciencia para perseguir lo verdadero y la religión como un ideal para acercarnos al bien.

jueves, 18 de abril de 2013

El emperador Maximiliano

Por Pacelli Torres*

Corresponsal del Chicamocha News en Europa

Conocer la historia es como explorar un nuevo mundo. No sólo nos permite acercarnos a nuestras raíces, sino que también nos ayuda a entender la naturaleza humana. Hace un par de semanas se abrió en Viena una exposición sobre el emperador Maximiliano; su historia personal la conocía a grandes rasgos y me impresionó mucho su porte altivo y digno y su mirada clara en los afiches que promocionan la exposición. Ayer decidí visitarla.

Para comprender a este personaje hay que conocer el panorama político de Europa en el siglo 19. La casa de los Habsburgo había gobernado el Imperio Austro-Húngaro por más de 600 años, en aquella época el emperador ejercía un poder absoluto y sucedió que en 1848 fue coronado el joven Franz Joseph, con sólo 18 años, como nuevo emperador. Franz Joseph I ejerció su cargo por 68 años y durante su mandato se realizaron grandes obras. El imperio se disolvió finalmente con el asesinato de su heredero, hecho que desencadenó la primera guerra mundial.

¿Pero qué tiene que ver esto con Maximiliano?

Pues bien, Maximiliano era hermano de Franz Joseph.

Y ¿qué tiene que ver eso con nosotros? No mucho, pero resulta que Maximiliano fue emperador de México. Así como suena, desde 1864 hasta 1867, México pasó a formar parte de la casa de los Habsburgo. En ciudad de México aún existe el palacio construido para Maximiliano, convertido hoy en atracción turística.

Sería imposible resumir aquí los acontecimientos que llevaron a su coronación y los proyectos que quería desarrollar, incluyendo la modernización de México y la abolición absoluta de la esclavitud. Pero invito a mis lectores curiosos a profundizar en estos temas, como ya lo he recalcado en otras ocasiones, toda la información puede encontrarse fácilmente en Internet.

Hubo muchas cosas que me impresionaron en la exposición, periódicos, edictos y cartas de la época, el reloj de bolsillo de Maximiliano, con el logo imperial; el libro que compila sus hallazgos en la expedición botánica que realizara en Brasil, y que fue parte de la expedición Novara, que circunnavegó el mundo entre 1857 y 1859. Pude ver también uno de sus diarios de viaje por tierras de Turquía, con una pulcra escritura y pinturas en acuarela de una belleza envidiable. También, las cartas que éste escribiera a su madre desde la cárcel, pero sobre todo me impresionó la mirada vacía del batallón de fusilamiento.

Maximiliano de México, con sólo 34 años de vida, fue encarcelado y posteriormente ejecutado por órdenes del líder revolucionario Benito Juárez, en el cerro de la Campanas, el 19 de junio de 1867. Muchos líderes europeos, así como el escritor francés Víctor Hugo (1802 -1885) escribieron cartas personales a Juárez, pidiendo clemencia para el Emperador, y, aunque Juárez sentía aprecio por Maximiliano, se negó, más que todo queriendo enviar un mensaje de autonomía a los regentes europeos y esperando compensar la sangre derramada por sus compatriotas.

La mirada clara de Maximiliano y la mirada vacía de sus verdugos, esta clase de contraste difícilmente se puede describir, y estoy seguro que está más allá del objetivo de la exposición, sin embargo, es precisamente a este tipo de impresiones que debemos prestar mayor atención.

*Doctor en Ingeniería (Universidad de Hokkaido, Japón),

Escritor y Profesor Universitario