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jueves, 18 de abril de 2013

El emperador Maximiliano

Por Pacelli Torres*

Corresponsal del Chicamocha News en Europa

Conocer la historia es como explorar un nuevo mundo. No sólo nos permite acercarnos a nuestras raíces, sino que también nos ayuda a entender la naturaleza humana. Hace un par de semanas se abrió en Viena una exposición sobre el emperador Maximiliano; su historia personal la conocía a grandes rasgos y me impresionó mucho su porte altivo y digno y su mirada clara en los afiches que promocionan la exposición. Ayer decidí visitarla.

Para comprender a este personaje hay que conocer el panorama político de Europa en el siglo 19. La casa de los Habsburgo había gobernado el Imperio Austro-Húngaro por más de 600 años, en aquella época el emperador ejercía un poder absoluto y sucedió que en 1848 fue coronado el joven Franz Joseph, con sólo 18 años, como nuevo emperador. Franz Joseph I ejerció su cargo por 68 años y durante su mandato se realizaron grandes obras. El imperio se disolvió finalmente con el asesinato de su heredero, hecho que desencadenó la primera guerra mundial.

¿Pero qué tiene que ver esto con Maximiliano?

Pues bien, Maximiliano era hermano de Franz Joseph.

Y ¿qué tiene que ver eso con nosotros? No mucho, pero resulta que Maximiliano fue emperador de México. Así como suena, desde 1864 hasta 1867, México pasó a formar parte de la casa de los Habsburgo. En ciudad de México aún existe el palacio construido para Maximiliano, convertido hoy en atracción turística.

Sería imposible resumir aquí los acontecimientos que llevaron a su coronación y los proyectos que quería desarrollar, incluyendo la modernización de México y la abolición absoluta de la esclavitud. Pero invito a mis lectores curiosos a profundizar en estos temas, como ya lo he recalcado en otras ocasiones, toda la información puede encontrarse fácilmente en Internet.

Hubo muchas cosas que me impresionaron en la exposición, periódicos, edictos y cartas de la época, el reloj de bolsillo de Maximiliano, con el logo imperial; el libro que compila sus hallazgos en la expedición botánica que realizara en Brasil, y que fue parte de la expedición Novara, que circunnavegó el mundo entre 1857 y 1859. Pude ver también uno de sus diarios de viaje por tierras de Turquía, con una pulcra escritura y pinturas en acuarela de una belleza envidiable. También, las cartas que éste escribiera a su madre desde la cárcel, pero sobre todo me impresionó la mirada vacía del batallón de fusilamiento.

Maximiliano de México, con sólo 34 años de vida, fue encarcelado y posteriormente ejecutado por órdenes del líder revolucionario Benito Juárez, en el cerro de la Campanas, el 19 de junio de 1867. Muchos líderes europeos, así como el escritor francés Víctor Hugo (1802 -1885) escribieron cartas personales a Juárez, pidiendo clemencia para el Emperador, y, aunque Juárez sentía aprecio por Maximiliano, se negó, más que todo queriendo enviar un mensaje de autonomía a los regentes europeos y esperando compensar la sangre derramada por sus compatriotas.

La mirada clara de Maximiliano y la mirada vacía de sus verdugos, esta clase de contraste difícilmente se puede describir, y estoy seguro que está más allá del objetivo de la exposición, sin embargo, es precisamente a este tipo de impresiones que debemos prestar mayor atención.

*Doctor en Ingeniería (Universidad de Hokkaido, Japón),

Escritor y Profesor Universitario

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