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miércoles, 26 de julio de 2017

Fiesta de la colombianidad en Viena


Colombianos residentes en Austria y países vecinos, celebraron el día de Independencia Nacional.

Por Pacelli Torres

(Corresponsal del Chicamocha News en Europa)

Si en estos momentos me pidieran definir lo que significa ser colombiano, lo haría contando una anécdota: Hace un par de años estaba con mi familia en un restaurante llamado Kopp que sirve comida típica austriaca. Ya al final, cuando llamamos para pedir la cuenta, el mesero me preguntó, en español, que de dónde venía y cuando le dije que de Colombia buscó en la billetera y me mostró su cédula de extranjería colombiana, me dijo que era austriaco pero había vivido cuatro años en Valledupar donde tenía un restaurante.

La siguiente vez que asistimos al mismo establecimiento se acercó a nuestra mesa y nos hizo conversación. Era el tiempo del dilema entre el sí y el no y era claro que su visión política la sentía en el alma. Demostró también saber mucho más sobre Shakira y Carlos Vives que yo. Nos dijo que todas las mañanas leía el Espectador y que los fines de semana cocinaba Sancocho. Cuando me preguntó cuál era el mejor de los sancochos y yo no supe responder, soltó una carcajada y me dijo: ¡el de la gallina robada!

Desde entonces nos saludamos cuando nos vemos y cuando me refiero a él, lo llamo "el mesero colombiano". Esa sería mi definición de colombianidad, algo que se lleva por dentro y que termina siendo contagioso, independientemente del lugar en que se nazca.

Cuando asistimos a la fiesta organizada por la Embajada para celebrar el 20 de Julio, a la primera persona que vi fue al "mesero colombiano" había llegado antes de que abrieran las puertas y esperaba con su esposa colombiana y otros compatriotas que, según me dijo luego, habían venido de Francia. Nos invitó a su mesa pero yo decliné la invitación, pues no quería echar a perder el misterio de tener un amigo al que no le conozco el nombre y al que el único vínculo que nos une es precisamente la colombianidad.

La celebración de los 207 años de independencia fue un éxito rotundo. El embajador en persona, Dr. Jaime Alberto Cabal Sanclemente, recibió a todos y cada uno de los asistentes con una sonrisa y un apretón de manos y pudimos disfrutar de una tarde espectacular con la participación especial de la agrupación "El Maestro Oscar Ospino y los Amigos del Vallenato" y una exquisita degustación culinaria.

La impresión general que tengo, es que cuando dos colombianos se encuentran, por el sólo hecho de ser colombianos se convierten en amigos. Fue también el sentimiento que tuve cuando unos días más tarde me acerqué a la Embajada para conversar con el director de la sección cultural.

La misión diplomática en Viena atiende también a ciudadanos residentes en Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Montenegro, República Checa y Serbia. Entre los presentes en el evento había varios compatriotas que se habían desplazado desde la República Checa y Hungría para la celebración.

Se calcula que unas 450 personas asistimos a la fiesta que era exclusiva para colombianos y sus familias próximas.

Junto a nuestra mesa estaba la familia Espitia, proveniente de Montería y con casi 20 años de residencia en Austria. Los textos de las canciones los sabían de memoria y cuando bailaban, parecía que llevaran la música en la sangre. Pero en la pista había también esposos y esposas de otras nacionalidades que seguían el ritmo de la forma más natural del mundo y que sirvieron para corroborar mi definición de colombianidad, como algo que definitivamente se aloja en el corazón.


Libre de virus. www.avast.com

lunes, 3 de julio de 2017

Acordes colombianos con corazón malagueño en Viena


Maestro Luis Alberto Peña Cortés, durante su concierto en Viena.

Por Pacelli Torres

Corresponsal del Chicamocha News en Europa

El pasado 20 de Junio mi familia y yo tuvimos el inmenso privilegio de asistir al recital del joven pianista malagueño Luis Alberto Peña Cortés, quien nos deleitó con varios temas de compositores colombianos contemporáneos y una pieza del pianista austriaco Thomas Larcher.

El concierto abrió con "Invenciones Invisibles" de Luis Fernando Rizo Salomón (1971-2013), quien nació en Cali y se radicó luego en Paris. A ella le siguieron "Rendering", compuesta en 2014 por Federico García de Castro, nacido en Bogotá en 1978 y desde 2001 residente en Pittsburgh, Estados Unidos, donde entre otras cosas fundó el Alia Música Pittsburgh, dedicado a la interpretación y presentación de la música de nuestro tiempo.

La gran destreza de Luis Alberto combinada con el sentimiento puesto en cada nota, hicieron de aquella noche una experiencia inolvidable.

Como un hecho curioso que vale la pena resaltar, es que fue la primera vez que vi que el piano puede tocarse desde adentro, pues Alberto pulsaba las cuerdas internas del piano para crear efectos de sonido.

Cerrando la primera parte estuvo "Naunz" de Thomas Larcher (1963…) que con sus acordes me trasladó a las montañas nevadas de Tirol, de donde es oriundo el compositor.

La segunda parte abrió con "Inventario II", obra de Germán Toro Pérez (1964…) quien también estuvo presente en el recital y tuvo a su cargo la parte electrónica. Esta fue la pieza que dio nombre al recital. Se trataba de un diálogo entre el piano y sonidos pregrabados de nuestra vida diaria. El piano daba una nota, por ejemplo, y a lo lejos se escuchaba el ruido de pasos, tras otra nota, un fragmento de una trasmisión radial y así sucesivamente. Alguna vez se dejó oír la voz de un campesino colombiano. Germán nació en Bogotá y vive desde 1986 en Viena.

A "Inventario II" le siguieron "Nudos Encumbrados" de Ricardo Gallo (1978…), quien desde 2007 lidera el grupo Tierra de Nadie en Nueva York. Ricardo se graduó con honores de la University of the North Texas y obtuvo su doctorado en composición musical en la Stony Brook University.

Cerrando el recital estuvieron las piezas "Variations on Free Fall" y "Audi Reliquia", ambas de Diego Vega (1969-) quien también estudió en los Estados Unidos y obtuvo el doctorado en Cornell University.

Este recital, llamado en alemán Neue Musik für Klavier zwischen Österreich un Kolumbien, (Nueva Música para Piano entre Austria y Colombia), es una muestra no sólo de nuestro joven talento nacional sino también una expresión de la diversidad y la recursividad que nos caracteriza, muchos de los compositores aseguran que sus raíces están en el bambuco y los sonidos de nuestra tierra.


Maestro Luis Alberto Peña Cortés, acompañado de Pacelli Torres V.

Estoy seguro de que el impecable desempeño de nuestro apreciado Alberto contribuyó en gran medida a la transmisión del sentimiento que los compositores quisieron darle a su obra. Hoy en día, gracias a internet, es posible tener acceso a las obras que acabo de mencionar.

Hace algunos años leí un artículo que hablaba de las dimensiones del arte. Se decía que la literatura es mono dimensional, pues se expresa en líneas y unos acontecimientos preceden a otros. En el caso de la pintura, el arte se expresa de forma dimensional, a lo largo y ancho de un cuadro. La escultura ofrece una nueva dimensión: la profundidad, que acerca al observador mucho más a la realidad en que vive. Pero en el caso de la música, decía el artículo, cuyo autor lamentablemente no recuerdo, la música escapa a todas las dimensiones y simplemente fluye a través de quien la escucha.

Este fue el sentimiento que tuvimos los asistentes al recital, que la música nos había compenetrado y que así como Luis Alberto tocaba las cuerdas internas del piano, así sus acordes tocaban las fibras de nuestra alma.

Felicitaciones al gran maestro malagueño y muchos éxitos en sus nuevos proyectos, que no son pocos.