Por Pacelli Torres
Corresponsal del Chicamocha News en Europa
A menudo suponemos que crear arte es costoso o que demanda un talento especial, pero los talentos pueden generarse a base de dedicación y en muchas ocasiones basta sólo con tener la intención para lograr grandes cosas.
En días pasados estuve de visita en Irsee un pequeño pueblo al sur de Alemania que cuenta con tan sólo 1.424 habitantes, y como siempre, no pude menos que trazar paralelos entre lo que nosotros tenemos en nuestras provincias y lo que, con el tiempo, se ha venido desarrollando en Europa.
Esculturas de Peter R. Muller
Esta vez, mi atención la captó un artista local, Peter R. Müller, quien usa elementos de desecho, especialmente chatarra, para crear su arte. Las obras de Müller adornan con orgullo los antejardines de las casas y también están presentes en la plaza y los caminos que salen del municipio. Algunas de sus esculturas pueden verse en su página web: http://www.peter-r-mueller.de/
Sería interesante pensar en un proyecto similar en Málaga y otros municipios. Contamos con artistas jóvenes que pueden hacer los diseños, tenemos las compañías recuperadoras, antiguamente llamadas chatarrerías, donde estoy seguro que hay partes de gran potencial y sabemos que en los talleres de ornamentación hay gente muy diestra en su oficio. Si uniéramos estos elementos podríamos, al igual que Peter Müller, transformar la chatarra en obras de arte.
Una iniciativa de tal índole, no sólo generaría empleo y valor agregado a un elemento de desecho, sino que también podría convertirse en un referente más para la provincia.
En un nivel más trascendental, se trataría de una especie de alquimia, la transformación de un metal, si bien no en oro, por lo menos en algo de mayor valor. Y si quisiéramos ver las cosas con mayor profundidad, deberíamos recordar al filósofo griego Platón (427 a. C.-347 a.C.) quien nos exhortaba a buscar lo bueno, lo bello y lo verdadero; quería con ello darnos una fórmula para lograr el verdadero desarrollo como seres humanos. Consciente o inconscientemente, las generaciones posteriores desarrollaron el arte como búsqueda de lo bello, la ciencia para perseguir lo verdadero y la religión como un ideal para acercarnos al bien.