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jueves, 12 de junio de 2014

Impresiones sobre los Estados Unidos

Por Pacelli Torres,

Corresponsal del Chicamocha News en Europa


​Pacelli Torres V. en Washington.

Durante un par de años estuve a cargo de las clases de inglés en la UIS sede Málaga. Recuerdo que en la primera clase les recalcaba a mis estudiantes que a mí no me gustaban los Estados Unidos y que si había aprendido inglés, no era por admiración, sino como defensa contra la manipulación. Además, que el inglés no les pertenecía a ellos, sino que provenía de Inglaterra.

Viendo en retrospectiva, me doy cuenta que mis palabras pudieron malinterpretarse. En esa época estaba en contra de la macropolítica gringa, con el trasfondo de la invasión a Iraq, sus dobles valores morales y su arrogancia frente al resto del mundo.

Pero, como en muchas otras situaciones, las políticas de un país permean hasta cierto punto en la sociedad, sin embargo, en el fondo hay cualidades humanas que aún persisten. Entre los norteamericanos que he conocido, nunca he encontrado a nadie que me caiga mal. Muy por el contrario, pienso que son personas sociables y amables y sobre todo sensibles y generosas.

En el mes de abril tuve oportunidad de pasar una semana en los Estados Unidos, en Washington D. C. y Nueva Orleans. Ya había visitado antes Dallas y Chicago, pero en esta ocasión las circunstancias fueron diferentes. Esta vez pude interactuar más con la gente, escuchar sus historias y puntos de vista y explorar más su forma de vida, poniendo de lado los prejuicios que me habían acompañado durante tantos años.

De Washington D. C. me impresionó lo que ellos llaman el "National Mall", en las inmediaciones de la Casa Blanca. Un área de jardines que va desde el monumento a Washington hasta el Capitolio, delimitada por importantes museos, entre los que se encuentran el Museo de Historia Natural, el Museo Nacional del Aire y el Espacio y el Museo Natural de Historia Nativa, este fue el único que pude visitar por cuestiones de tiempo y no de presupuesto, pues todos estos museos son de entrada gratuita! Cerca de allí está la biblioteca del congreso, una de las más grandes del mundo con 30 millones de libros en 470 idiomas, además de una gran colección de manuscritos, microfilms, periódicos y libros raros, incluyendo una biblia original en perfecto estado impresa por Gutenberg. Algunos aseguran que las calles de la ciudad forman estrellas de cinco puntos, pirámides y otros signos masónicos y cabalísticos, fue tal vez por esto que el autor Dan Brown (el mismo del "Código de Davinci") la escogió como escenario para su novela "El Símbolo Perdido".

La otra ciudad que visité fue Nueva Orleans. Nueva Orleans tiene una historia particular, fue fundada por los franceses en 1718, luego, decidieron cederla, junto con todo el territorio de Luisiana, a su aliada España en 1763, como compensación por haber perdido temporalmente la Habana y Manila a manos de los ingleses. Posteriormente Napoleón decidió retomarla en 1801, y un poco más tarde la vendieron a los Estados Unidos. Este bagaje histórico hace de Nueva Orleans una ciudad multicultural con influencia no solo francesa y española, sino también africana, pues según el censo de 1805, el número de esclavos y negros libres sobrepasaba el de la población blanca. Esta pluralidad cultural ha quedado reflejada en su arquitectura, especialmente en el barrio francés.

Los esclavos trabajaban en enormes plantaciones de algodón, y de hecho Nueva Orleans se convirtió en el principal puerto del sur de los Estados Unidos gracias a las exportaciones de este producto a Europa.

Luisiana es uno de los estados más pobres en los Estados Unidos. Esta es otra fijación que tengo. Cuando la pobreza no roza el límite de la miseria, es en verdad una virtud. La  gente humilde tiene un corazón más grande, es más recursiva, valora mejor lo que tiene, y aunque parezca una paradoja, vive en mayor paz interior que aquellos que lo tienen todo. Tal vez por eso me sentí tan a gusto caminando por los suburbios de Nueva Orleans, de repente sentía como si no estuviera allá sino en una de nuestras ciudades de la costa.

Los Estados Unidos es un país inmenso, y hay mucho por descubrir. Si tuviera de nuevo la oportunidad de dirigirme a mis estudiantes, mi actitud sería diferente.